domingo, 6 de julio de 2008

F1 GP De Inglaterra

Carrera:

Lewis Hamilton fue el mejor en Silverstone



El inglés ganó hoy en casa el Gran
Premio de Fórmula 1 de Gran Bretaña
en el circuito de Silverstone, que
se convirtió en muchos momentos
en una piscina por la gran
cantidad de lluvia que marcó la carrera.
Segundo fue el alemán de BMW Nick Heidfeld,
y tercero el Honda del brasileño Rubens
Barrichello, que 53 Grandes Premios
después regresó a un podio.
Transcurridas ya nueve de las 18 carreras,
Hamilton se sitúa con su McLaren-Mercedes
como líder del campeonato igualado en
cabeza con 48 puntos con los Ferrari
del brasileño Felipe Massa,
decimotercero y último hoy,
y del finlandés Kimi Raikkonen, cuarto.
El británico logró la tercera victoria
de la temporada y la séptima de su
carrera en un Gran Premio vibrante
con continuas salidas de pista y
cambios de posiciones de los que
sólo el británico se vio libre.
Fue capaz de aventajar a Heidfeld
en 68 segundos y dobló a casi
todos los rivales.
Desde 1995, cuando ganó Johnny Herbert,
no vencía en Silverstone un piloto
inglés, por lo que hoy los 90.000
fans tuvieron una gran fiesta al
final de la carrera y ya con el
sol en el cielo.
El británico se aprovechó de la mejor
estrategia de neumáticos, lo que provocó
la mala carrera de los rivales de las
"flechas de plata", los Ferrari.
El español Fernando Alonso terminó
en sexta posición.
"Es el triunfo más grande y más bonito
que he conseguido nunca", dijo Hamilton,
subcampeón del mundo, que se abrazó a
su hermano Nic y al director general
del equipo, Martin Whitmarsh, dejando
salir la presión acumulada por los
errores de las dos últimas carreras
y las críticas antes de correr en casa.
"Las últimas semanas fueron duras. Sólo
rezaba por poder terminar la carrera", señaló.
También festejó el segundo puesto
Heidfeld.
"Hemos hecho todo bien en la
carrera", dijo el piloto de
31 años, que superó a su
compañero, el polaco Robert
Kubica, que abandonó.
La carrera, como estaba previsto,
empezó en mojado. No llovía ya mucho,
pero el agua se había acumulado en
el asfalto del vetusto circuito británico.
A Hamilton le sentó muy bien, sabedor
de que, partiendo cuarto, sus
posibilidades de ganar en casa
aumentaban con la lluvia. Salió
decidido a atacar y adelantó al
australiano Mark Webber y a
Raikkonen. Casi superó a su
compañero, el finlandés Heikki
Kovalainen, que partía desde la "pole".
Hamilton sólo tardó cuatro vueltas
en ponerse en cabeza. Antes, en la
primera, Webber, que salía segundo,
fue víctima de la lluvia, perdió
el control de su Red Bull y se
despidió de la lucha por el
triunfo. Por detrás, Alonso
se sintió también cómodo en
mojado y se colocó cuarto
detrás de Raikkonen.
Aparte de Webber y de algún
abandono, la gran víctima de
la lluvia fue Massa, que
demostró que son ciertas
las sospechas de que no es
un buen piloto en mojado y
más sin control de tracción.
Perdió el control de su bólido
rojo en dos ocasiones y cayó
al puesto decimoséptimo. La
imagen de su coche cruzado
o fuera de la pista fue una
constante durante toda la carrera.
En la décima vuelta, Raikkonen se
colocó segundo tras aprovechar
una salida de Kovalainen y se
fue en busca de Hamilton.
El asfalto se empezó a secar
cuando se acercaba el primer
paso por boxes. Alonso entró
en la vuelta 20 y no cambió
neumáticos. Hamilton y
Raikkonen lo hicieron
juntos una vuelta después.
El británico salió también
por delante, pero con una
diferencia: Hamilton cambió
neumáticos y el finlandés
siguió con los mismos, al
igual que Alonso. Entonces
empezó a llover de nuevo y
tanto el español como Raikkonen
perdieron tracción y posiciones.
En la vuelta 26 Alonso, bajo una
fuerte lluvia, entró de nuevo,
cambió gomas y repostó ya con
la intención de aguantar hasta
el final. Lo mismo tuvo que
hacer Raikkonen, que quedaba
así fuera de la pelea por el
triunfo, asunto a dilucidar por
los McLaren-Mercedes y los BMW,
decididos a atacar a Hamilton.
La lluvia arreció y el asfalto
se convirtió en una pista de
patinaje en la que sólo mantener
el coche en pista era un logro.
Hamilton, Raikkonen, Massa y
Kubica sufrieron para seguir
en carrera.
A falta de 20 vueltas, Kubica
perdió de nuevo el control de
su BMW y ya no pudo volver a
la carrera. Con los Ferrari
muy retrasados, Hamilton tenía
la oportunidad de sacar una
gran ventaja si ganaba la carrera.
Al final, salió el sol, pero el
brasileño Rubens Barrichello,
con neumáticos de lluvia extrema,
era un cohete y se situó segundo
detrás de Hamilton. Tuvo que
cambiar gomas, pero aún así
el veterano brasileño se
mantuvo tercero.
Por delante, Hamilton tenía una
diferencia de más de un minuto
respecto a Heidfeld. Sólo él
podía perder la carrera con
su ambición desmedida.
La gran lucha se centraba por el
cuarto puesto entre el Renault de
Alonso y el Ferrari de Raikkonen,
que lo adelantó a siete vueltas y
salvó así la cara de la "scuderia",
mientras Hamilton, en su casa y
ante su afición, se dio un baño
en gloria.